Su padre intentó aprovechar sus condiciones y le formó técnicamente en el violín, pero a Knopfler no le iba eso de tener que leer una partitura. El sueño del jovencito Mark era tocar una guitarra, y si era eléctrica mejor y mejor aún de color rojo. Y su sueño se hizo realidad. A los quince años su padre le compró su primera guitarra: una copia de Fender Stratocaster. Quien diría que, de un simple gesto, surgirían algunas de las historias más importantes jamás escritas, dibujadas y expresadas.
This is Dire Straits!
